Son más de la media noche/ me acuesto sobre mi cama tomo lápiz y papel/ me dispongo a escribir - aunque no tenga la mínima idea o la gran inspiración. Empiezo a recordar minutos antes que estaba observando la luna y las estrellas de ésta noche. Y en mi diálogo me dije:
-puedo hablar sobre ellas.
-hey! Mejor habla sobre los sueños, la vida, la muerte... No! Diablos que sean de esos ojos de aquella chica, si de esos ojos que me miran y siento no poder resistir, pienso que no puedo evitar que desnuda mi alma. Sí, esta bien. Hablaré de esos ojos que me sonríen aún estando cansados.
-¡no! Me obligaré a escribir otro tema, qué se yo, tal vez podría contarles otra cosa, es que no me atrevo (hago una pausa) ... ¿Para qué rayos me resistiré tanto? Es tarde ya y aún estoy lunizado (como embrujado por la luna), y aun no permito que mi narrador cuente.
Ni modo ha llegado la hora, no hay marcha atrás es momento de hablar sobre mí.
